Una imagen vale más que mil palabras, más si se contempla desde nuestros miradores. Un paisaje que se queda grabado en la retina de los visitantes, que lo enamora de nuestro territorio y de nuestra historia.
Desde el primer lustro de nuestra era existía una comarca en el suroeste de Galicia que se conocía como Turonium. Su extensión era bastante grande y comprendía, según los pocos indicios existentes, las comarcas del Baixo Miño, el Val Miñor y Vigo. Se cree que la capital podría estar situada en los montes de Oia o en sus alrededores, aunque también hay quien dice que se situaría donde hoy tenemos a la ciudad de Tui o en el monte Aloia.
Muchos son los restos de castillos que quedaron en la provincia de Pontevedra, castillos con los que se defendían los valles y los caminos desde altos miradores desde los que se disfrutaba de una gran panorámica. Unos se encontraban en el interior de la provincia para dominar los valles, los otros en montes rocosos sobre la costa para vigilar las incursiones por mar.
Este es un recorrido por estos miradores desde los que, en la actualidad, contemplamos algunas de las vistas más hermosas de las Rías Baixas y que, hace dos mil años, eran castillos que vigilaban una de las puertas de entrada del comercio más concurridas de la península ibérica.