Piedras que hablan

Las piedras que hablan nos muestran parte de la historia de los 14 ayuntamientos del geodestino Ría de Vigo y Baixo Miño.

Piedras que hablan

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Piedras que hablan de miles de historias

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Piedras que hablan en el geodestino

Las piedras, a través de sus nombres, nos hablan de hechos históricos y culturales, del modo de ser y sentir, de sus creencias y su modo de vivir e interpretar el mundo que las rodea a lo largo de su historia.
Galicia está hecha de moles graníticas con formas caprichosas, modeladas por la naturaleza unas, otras con historias, cultos y ritos que propiciaron que nuestros antepasados las bautizasen con nombre que responden a motivaciones de todo tipo, desde las características físicas, el estado en el que se encuentran, sus propiedades, su funcionalidad o por el simple afán de buscar una explicación racional a algo que ellos consideraban sobrenatural.
Las piedras en Galicia tienen vida y hablan, hablan de una realidad que no está escrita, que no está documentada, tan solo está pronunciada.
¿Las recorremos?

Coto dos Ladróns, serra do Suído (Fornelos de Montes)

Destaca por los abundantes afloramientos, en forma de grandes bolas graníticas, entre las que hay un espacio central abierto y rodeado por abrigos naturales. Antiguamente, los ladrones escondían el botín durante el día que, según los testigos, consistía básicamente en ganado robado. 

Pedra Catanga, monte Galleiro (Pazos de Borbén)

El monte Galleiro sobresale como la zona más alta del municipio y forma una línea de cimas a lo largo de 10 kilómetros. Este es hoy el reino de animales en libertad, aves rapaces y otras muchas especies. También es un balcón en el que el visitante se asomará a las más extraordinarias vistas de la ría de Vigo y a extrañas formas pétreas, como Pedra Catanga, que tiene música y cura la infertilidad, según la leyenda.

Los afloramientos del Verdugo (Soutomaior)

A escasa distancia desde el puente medieval de Comboa se encuentra un enclave espectacular: el puente colgante donde se juntan los ríos Verdugo y Oitavén. Este tramo es navegable, pero el río Verdugo ofrece afloramientos de piedra que con pleamar quedan cubiertos y pueden ser peligrosos para las embarcaciones: la Pedra do Demo y la Pedra do Rufo son ejemplos de los topónimos que surgen de la sabiduría popular. 

A Pedra que Fala, San Martiño de Ventosela (Redondela)


Considerada como mágica, su forma y su relieve permitirán al visitante introducirse dentro y hablar en su interior, y escuchar las múltiples reverberaciones que producen su propia voz. Solamente estando cerca de ella ya es capaz de reproducir las conversaciones de quien habla a su lado. Está situada dentro de una senda circular de 10 km llamada Ruta das Pedras.

Campo de Mámoas y Pedra Cabaleira (Mos)

Una pedra cabaleira es una roca granítica de tamaño grande que se apoya en el suelo o sobre otra, con una base estrecha que le da un cierto aire de inestabilidad. Su origen se debe a la descomposición diferencial y posterior erosión del granito. Esta piedra se encuentra en el mismo sendero que el Campo de Mámoas de Mos.

O Catabún, Faro de Budiño (O Porriño)

En una de las cavidades situadas en lo más alto del faro de Budiño, te encontrarás una gran piedra vertical en el medio que, supuestamente, servía para golpear las paredes de la brecha y así crear un sonido grave, a modo de campana, que se escuchara en gran parte del Val del Louro. Esta piedra se conoce como O Catabún. Otras leyendas dicen que la brecha dejaba pasar el aire y, cuando era muy fuerte, emitía un estruendoso sonido que se sentía hasta en Tui.

Castro da Pedra Moura (Gondomar)


Su nombre se debe a una piedra que se encuentra en su interior, conocida como Pedra Moura, a la que se asocian leyendas que hablan de seres mitológicos y tesoros escondidos. Descubre este castro y, también, fortaleza que formaba parte del conjuntos de atalayas, como el desaparecido castillo de Santa Helena, el monte Galiñeiro con sus restos fortificados, el monte Aloia…

Punta da Serra, Monteferro (Nigrán)

Grandes sorpresas nos esperan en este punto de Nigrán. La costa sur de la península de Monteferro se compone de rocas graníticas, mientras que en su lado norte el esquisto es la roca más presente, donde la erosión presenta formas dentadas y afiladas. Se trata de un pequeño entrante de tierra en el mar, de 19 metros de altura, desde el que podremos observar con detalle la costa norte de Monteferro hasta la punta Lameda.

A Pedra que Bole, cabo Silleiro (Baiona)

Está en un tramo de costa que se caracteriza por su trazado rectilíneo hasta A Guarda, con tan solo pequeños entrantes. En toda esta zona tiene gran importancia el desarrollo de plataformas litorales que actualmente funcionan como acantilados activos y son museos geológicos. La continua actividad marinera en estos lugares proporcionó una gran cantidad de topónimos con referencias sonoras significativas.

A Cabeciña (Oia)

Para observar los petroglifos de A Cabeciña tendrás que acercarte al exterior del mismo castro. Los encontrarás en unas losas graníticas que presentan algunas particularidades, ya que hay varias rocas que poseen formas zoomorfas debido a la erosión. Entre todas ellas destaca una que se asemeja a una gran cabeza y, justo detrás de ella, se sitúan los grabados sobre dos losas.

O Seixal (A Guarda)


En la senda litoral que une el puerto pesquero y la desembocadura del Miño encontrarás O Seixal, un hermoso espacio natural donde se concentran los seixos o cantos rodados de tamaño pequeño que se fueron formando por la erosión de la fuerza del mar y, desde siempre, fueron usados para la arquitectura tradicional. A pocos metros te sorprenderá una salina romana de gran relevancia que demuestra la vinculación del mar con los habitantes de A Guarda a lo largo de los siglos.

Monte Real (O Rosal)

En el monte Real se sitúa la ermita de la Madalena, un pequeño templo que te recibirá con unas impresionantes vistas al Miño. De la arquitectura de la iglesia destaca especialmente su base, construida directamente sobre la roca, una característica excepcional que podría indicar un culto pagano anterior. La capilla se encuentra en la corona de un castro que se asienta, como es habitual en este tipo de recintos de la Edad de Hierro, en una zona de importante control visual del territorio.

Pedra Furada (Tomiño)

En plena Serra do Argallo, muy cerca del Santuario de San Campio de Lonxe, podrás encontrar un conjunto de rocas que adoptan las formas más inverosímiles. La Pedra Furada es una roca perforada por la acción del viento y la lluvia a lo largo de miles de años. La zona  forma parte de la banda de esquisto de Monteferro-O Rosal, que se prolonga hasta Portugal.

Cama de San Xiao, monte Aloia (Tui)

Sube hasta la cima del monte Aloia, en Tui, para descubrir esta roca situada cerca de la ermita dedicada al mismo santo. Se llama Cama de san Xulián, o Xiao, porque se asegura que fue sobre esta piedra donde reposó el cuerpo sin vida de este santo. Quien se acueste sobre ella apoyando la cabeza remedia enfermedades, como las jaquecas o los dolores en las cervicales.

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