Bañado por aguas del río Miño y del océano Atlántico, O Rosal pone en tus manos su singular naturaleza, su rico patrimonio natural y cultural y su oferta enoturística y gastronómica.
Arranca tu visita poniéndote en situación: sube a las zonas altas de la localidad para disfrutar de unas panorámicas del valle únicas, del tramo final del río y del vecino Portugal. Miradores naturales llenos de leyendas e historias como Niño do Corvo o la ermita de la Madalena y verdaderos balcones al Atlántico, como el de Cruz da Portela o la ‘Explanada do Horizonte’ de Portecelo.
Contempla el paisaje del estuario del Miño recorriendo la Senda de los Pescadores desde la playa de As Eiras hasta As Aceñas, en el río Tamuxe. Ponte calzado cómodo y disfruta del relax y con la ruta de senderismo por los Muíños do Folón e do Picón, un grupo de 60 molinos en cascada construidos en el siglo XVIII únicos en Europa. Y es que cada paso en tu ruta por O Rosal te guiará por las huellas que la historia fue dejando en su paisaje: desde grabados prehistóricos y sepulcros excavados en la roca a pequeñas ermitas o grandes iglesias de interesante arquitectura.
Cálzate las botas de peregrino y recorre los 3 km del Camino Portugués de la Costa que pasan por la localidad rosaleira, en los que te acompañarán la brisa atlántica, el batir de las olas y un paisaje de contrastes entre la orilla del mar y las cumbres rocosas de la Serra da Groba.